La depresión es una de las enfermedades que más se han expandido en el mundo, esto debido a que el estilo de vida que hoy predomina en la sociedad favorece el individualismo, mermando las relaciones interpersonales.
Asimismo, factores como la familia, el trabajo, la edad, el dinero y los ideales de vida son aspectos que pueden provocar depresión en determinadas personas. Ante esta situación, muchas personas que sufren depresión deciden acudir con psicólogos y terapeutas con el fin de superar esta enfermedad.
¿Pero que pensarías si te dijera que asistir con regularidad a la iglesia puede ayudar a combatir la depresión? Dicha idea fue estudiada por investigadores de la Universidad de Yale, quienes encontraron que las personas que iban a laiglesia tenían menos posibilidades de desarrollar depresión.
Para lograr esta conclusión, los investigadores realizaron un seguimiento de ocho años a 92,539 mujeres y hombres mayores de 50. Durante el seguimiento se evalúo su estilo de vida y qué tipo de actividades realizaban diariamente.
Al finalizar el seguimiento se encontró que las personas que acudían regularmente a la iglesia tenían un mejor estado físico y emocional frente a las personas que no acudían a misas.
La iglesia permite al individuo sentirse parte de algo grande, lo que brinda un gran apoyo y soporte psicológico
De manera más particular se halló que quienes asistían semanalmente a laiglesia redujeron en un 27% el riesgo de sufrir depresión. Asimismo, en el caso de las mujeres, se encontró que aquellas que iban con regularidad a misa aumentaron en un 20% las posibilidades de vivir más frente a las mujeres que no acudían con regularidad a la iglesia.
¿Por qué asistir a la iglesia reduce la depresión?
El doctor Eliezer Schnall, encargado de dirigir el estudio, considera que laiglesia reduce el riesgo de depresión porque esta institución brinda un gran soporte psicológico a muchas personas: “la iglesia permite al individuo sentirse parte de algo grande, lo que brinda un gran apoyo y soporte psicológico".
Apunta que "en la iglesia se asiste a una serie de rituales que calman y evitan el estrés, todo esto tendría un impacto positivo en la salud general", reduciendo de manera considerable el riesgo de sufrir depresión.
Además de estos aspectos, el estudio señala que las personas que acudían semanalmente a la iglesia tenían un mejor estilo de vida: no fumaban ni ingerían bebidas alcohólicas, visitaban con regularidad al médico y participaban en actividades grupales.
Ante esta situación, Schnall indica que "más que la fe, sería el estilo de vida relacionado con la iglesia lo que beneficia a la gente, especialmente a las mujeres mayores. Aún harían falta investigaciones que comprueben estos beneficios en hombres y personas jóvenes".
Como se ha leído, la iglesia es un recinto que puede propiciar la paz interior a las personas, evitando el estrés, la ansiedad y la depresión, enfermedades que pueden reducir el tiempo de vida.