Los mitos, en distintos contextos pueden significar varias cosas, se pueden considerar envolturas simbólicas de una verdad, narraciones de hechos sobrenaturales, o pueden formar parte del sistema religioso de una cultura, la cual los considera historias verdaderas. Así mismo se postula que los mitos sirven para transmitir roles y símbolos de características arquetípicas.

Sensación psicológica de desagrado añadido (tristeza, ira, frustración) que surge cuando nos resistimos a lo que sucede y pretendemos otra cosa; derivado en un rechazo rotundo al sufrimiento y una búsqueda crispada por el placer. Así cada "dolor de muela" se hace único e irrepetible. "Vieron (los habitantes de Macondo) un Melquíades juvenil, repuesto, desarrugado, con una dentadura nueva y radiante. Quienes recordaban sus encías destruidas por el escorbuto, sus mejillas fláccidas y sus labios marchitos, se estremecieron de pavor ante aquella prueba terminante de los poderes sobrenaturales del gitano". En resumen, Melquíades terminó sacándose los dientes y envejeciendo de pronto, pero luego se los puso otra vez y sonrió con el poder restaurado de su juventud. Sí, el hombre envejece cuando sus dientes no se reponen.
García Márquez lo sabe bien. Perder un diente es también una metáfora de "la caída del poder". Joyce y Nabokov lo sabían bien, habían perdido la dentadura antes de cumplir los cincuenta años y no se ahorraron palabras para retratarlas en sus libros como algo más que un rasgo fisonómico o ese simple dolor, al que se suele llamar "dolor de muela". Martín Amis, otro escritor desdentado, en su libro Experiencia, da una explicación sobre la comunidad de escritores de dientes postizos que describieron dicha experiencia existencial, afirmando "mi herida es mi boca"
Juan Manuel González Miranda
Odontólogo, Pontificia Universidad Javeriana