Las enfermedades de los dientes son tan antiguas como la humanidad misma. De hecho, se considera que la caries es, después del resfriado, el padecimiento más común en la humanidad.

Por esas fechas, la gente que se quería sacar una muela iba con el barbero o incluso el herrero. Pero en cuanto llegó el azúcar, llegaron las caries y con ello surgió la necesidad de expertos saca muelas. Como todo, al principio nadie compartía sus conocimientos por miedo a perder su mercado. El avance fué lento y doloroso.
La influencia del pomposo estilo francés de Luis XIV influyó bastante para modernizar la incipiente odontología, pues no cualquiera podía atender al rey y su corte en cuestiones dentales, y claro, se le exigía la etiqueta de entonces. Es en el siglo XVII que aparece el héroe de este relato: Pierre Fauchard quien llegaría a ser el dentista personal de dicho rey.

Fué el primero en sentar al paciente en un sillón, pues antes, se posicionaba al paciente en el suelo. Además diseñó 5 tipos de herramientas para extraer piezas dentales. Pero no nomás eso, también inventó un torno (fresadora), desarrolló métodos para rellenar cavidades, aprendió a tapar el conducto de la raíz y a hacer implantes. Las dentaduras que fabricaba eran talladas en marfil y tenían un resorte que mantenía la parte superior en su sitio.
Fauchard logró que se reconociera a la Odontología como una profesión. Su influencia se expandió por todo el mundo conocido entonces. En el 2011 se conmemora los 250 años de su fallecimiento.