En este fin de año se puede comprar compulsivamente, lo cual consiste en el afán desmedido, incontrolado y recurrente por adquirir cosas, sin mediar en recursos o posibilidades económicas. Este fenómeno aumenta con las fiestas de fin de año, en parte por la publicidad comercial que despierta dicha necesidad.
Las compras compulsivas de fin de año se puede tornar en un padecimiento tan serio como la adicción a las drogas legales e ilegales, como el tabaquismo,alcoholismo, etcétera. De acuerdo con especialistas en salud mental, este fenómeno está asociado a problemas de depresión, la cual puede ser detonada por desencanto laboral, desempleo, pérdida de algún ser querido o el diagnóstico de alguna enfermedad. Además, el consumo se dispara en esta época del año, bajo la certeza de que el esfuerzo valdrá la pena y las rebajas aliviarán, de una u otra forma, la llamada “cuesta de enero”.
Los expertos aseguran que las compras de fin de año están relacionadas con la inseguridad del consumidor, en ocasiones dominada por el afán de convertirse en el ‘más guapo’ o el mejor vestido, al mismo tiempo, para tratar de demostrar un poder adquisitivo que no se tiene o, en muchos casos, para mantener su posición en el círculo de amigos.
Las compras a fin de año están relacionadas con la inseguridad del consumidor o para tratar de demostrar un poder adquisitivo que no se tiene.
Igualmente, el comprador compulsivode fin año, en palabras de la doctora Pamela Nava Sarmiento, de la Universidad Panamericana, puede gastar hasta un mes de salario toda vez que, gracias a la época de consumo excesivo, relaciona la cantidad gastada con el nivel de cariño o apego que siente por una persona.
Pero, ¿cómo se sabe cuando se está en una situación de compra compulsiva o que las compras de fin de año son excesivas? Cuando la tristeza, la depresión o algún sentimiento negativo sólo se calma yendo de compras; o bien si a pesar de haber comprado muchas cosas o haber realizado un gran gasto, se siente insatisfacción cuando se reflexiona sobre los objetos adquiridos; o cuando se ve un producto como único complemento necesario para alcanzar la felicidad, propia o ajena, sin importar el costo, ni el grado de inutilidad en sus características o beneficios y, por último, a pesar de que lleguen infinidad de críticas por parte de familiares o amigos sobre el grado de compras realizadas, y el gasto que ha generado, las ganas de comprar no disminuyen, sino que, por el contrario, aumentan con tal de demostrar que las compras son necesarias.
Fuente : Dr. Web
