En la clínica : el tiempo que el paciente tiene adormecido un sector de la cavidad bucal por la anestesia, varía según el tipo de anestesia y el lugar de aplicación. Durante dicho lapso, Ud. debe tener cuidado de no morderse los carrillos (cachetes), labios o lengua. El efecto de la anestesia puede durar varias horas y luego de la misma, puede molestar por 24 o 48 hs. el lugar de penetración de la aguja. El profesional colocará una gasa en el lugar de la extracción, para impedir el sangrado y favorecer la formación de un coágulo en el alvéolo. La gasa debe permanecer fija en lo posible de 30’ minutos. La extracción de un diente es una cirugía menor. Por lo tanto, es natural que ocurran cambios temporarios en su boca. Su funcionamiento será normal luego de unos pocos días.
En su Casa: puede ocurrir sangrado una vez removida la gasa; en tal caso, doble una gasa en forma de cuadrado y colóquelo en el lugar de la extracción. Presione en forma moderada, cerrando firmemente los dientes otros 30’ y luego retírela con cuidado. No se realice buches, enjuagatorios ni succione por ningún motivo. No es preocupante algún hilo de sangre o que la gasa tome color rojo luego al retirarla. Puede cambiarla varias veces, pero recuerde que la anestesia está desapareciendo, por lo tanto la primera gasa que Ud. colocó debe ser la útil. Si el sangrado persiste y aparecen coágulos en la boca, recurra nuevamente al Odontólogo. on diversos los procedimientos como; exodoncias (extracciones dentarias), frenectomías (resección de frenillos), extirpación de lesiones, cirugías destinadas a complementar los tratamientos protésicos, biopsias, fenestraciones (cirugías complementarias a los tratamientos de ortodoncia).
EXODONCIA DE TERCEROS MOLARES: Es uno de los procedimientos mas frecuentes. Se refiere a las extracciones de los molares del juicio.
Son procedimientos que requieren un cuidado especial por parte del especialista dada la zona anatómica que se ve involucrada y la dificultad que ellos implican. Generalmente se indica su extracción por la falta de espacio que posee la mandíbula y la incapacidad de ellos para lograr erupcionar completamente. Produciendo así infecciones y una serie de inconvenientes en las piezas vecinas. Estos procedimientos se pueden efectuar bajo anestesia local o general.