Los hábitos como el chupete y el dedo se denominan hábitos de succión no nutritiva.
La succión es una función potente, instintiva y refleja en el recién nacido.Por ello, estos hábitos en los primeros años son considerados normales porque se asocian a la necesidad de satisfacción afectiva y de seguridad.Sin embargo, la succión está programada para ejercer sólo durante un periodo de tiempo determinado y luego extinguirse progresivamente a medida que aparecen los dientes de leche y el niño adquiere un patrón de alimentación masticador y deja atrás un patrón succionador.Con relación a los hábitos de succión
no nutritiva vale la pena saber que:
* Los bebés que son alimentados exclusivamente con pecho materno hasta los seis meses, son menos propensos a desarrollar hábitos de succión no nutritiva.
* La necesidad de chupar es diferente en cada niño y generalmente disminuye con la edad. Sin embargo el hábito de succión de dedo es más difícil de abandonar que el chupete.
* Las secuelas de los hábitos de succión prolongada (más allá de los 3 años) se relacionan con maloclusiones (malas mordidas o una incorrecta relación entre el maxilar superior y la mandíbula), especialmente con la mordida abierta anterior y las mordidas cruzadas posteriores, siendo esta última más grave y permanente.
* La maloclusión es una patología multifactorial, razón por la cual los efectos del hábito prolongado varían de acuerdo a la duración del hábito, frecuencia e intensidad del mismo, musculatura facial, predisposición genética, etc.
* Como no todos los hábitos tienen igual significado para cada niño ni las mismas secuelas, no se puede determinar una edad específica para empezar el tratamiento. Creemos que la terapia debe posponerse hasta que los riesgos y secuelas de los hábitos (dentales y emocionales) tengan mayor peso que los beneficios.
no nutritiva vale la pena saber que:
* Los bebés que son alimentados exclusivamente con pecho materno hasta los seis meses, son menos propensos a desarrollar hábitos de succión no nutritiva.
* La necesidad de chupar es diferente en cada niño y generalmente disminuye con la edad. Sin embargo el hábito de succión de dedo es más difícil de abandonar que el chupete.
* Las secuelas de los hábitos de succión prolongada (más allá de los 3 años) se relacionan con maloclusiones (malas mordidas o una incorrecta relación entre el maxilar superior y la mandíbula), especialmente con la mordida abierta anterior y las mordidas cruzadas posteriores, siendo esta última más grave y permanente.
* La maloclusión es una patología multifactorial, razón por la cual los efectos del hábito prolongado varían de acuerdo a la duración del hábito, frecuencia e intensidad del mismo, musculatura facial, predisposición genética, etc.
* Como no todos los hábitos tienen igual significado para cada niño ni las mismas secuelas, no se puede determinar una edad específica para empezar el tratamiento. Creemos que la terapia debe posponerse hasta que los riesgos y secuelas de los hábitos (dentales y emocionales) tengan mayor peso que los beneficios.
Nuestros consejos respecto a los hábitos de succión no nutritivos son:
* Nunca mojes el chupete en miel u otro líquido azucarado.
* No cuelgues el chupete en la ropa de tu bebé; no es bueno que tu hijo lo tenga a su disposición en todo momento.
* Si utiliza el chupete para dormir, retíralo de su boca con suavidad una vez esté dormido, luego cierra sus labios.
* Los chupetes deben ser limpiados a diario, revisa las instrucciones de higiene que indica el fabricante.
* Elige el chupete de acuerdo a la edad de tu hijo. Los chupetes recomendados son los ortodónticos y el material ideal es la silicona, pues el látex favorece una mayor retención de bacterias.
* Todo niño debe cesar el hábito de chupete o del dedo alrededor de su segundo cumpleaños, para lograr así reducir el riesgo de malas mordidas (maloclusión), las cuales pueden persistir hasta su dentición permanente.
* Todo niño mayor de 3 años que persista con un hábito oral y todo niño que presente una maloclusión dentaria (mala mordida) temprana, debe ser referido a un odontopediatra o a un ortodoncista para ofrecer a la familia la información necesaria acerca de las consecuencias del hábito y para determinar la necesidad de tratamiento a seguir, con el fin de evitar maloclusiones esqueléticas mayores.
* Nunca mojes el chupete en miel u otro líquido azucarado.
* No cuelgues el chupete en la ropa de tu bebé; no es bueno que tu hijo lo tenga a su disposición en todo momento.
* Si utiliza el chupete para dormir, retíralo de su boca con suavidad una vez esté dormido, luego cierra sus labios.
* Los chupetes deben ser limpiados a diario, revisa las instrucciones de higiene que indica el fabricante.
* Elige el chupete de acuerdo a la edad de tu hijo. Los chupetes recomendados son los ortodónticos y el material ideal es la silicona, pues el látex favorece una mayor retención de bacterias.
* Todo niño debe cesar el hábito de chupete o del dedo alrededor de su segundo cumpleaños, para lograr así reducir el riesgo de malas mordidas (maloclusión), las cuales pueden persistir hasta su dentición permanente.
* Todo niño mayor de 3 años que persista con un hábito oral y todo niño que presente una maloclusión dentaria (mala mordida) temprana, debe ser referido a un odontopediatra o a un ortodoncista para ofrecer a la familia la información necesaria acerca de las consecuencias del hábito y para determinar la necesidad de tratamiento a seguir, con el fin de evitar maloclusiones esqueléticas mayores.
Este articulo fue escrito por la Dra. Camila Palma y lo pueden encontrar en su web