El embarazo reduce el estrés de la madre, la rejuvenece y puede ayudarla a reparar daños en su cuerpo, gracias a las células pluripotenciales que pasan del feto a la circulación y médula ósea materna.
Desde la médula, las células fetales viajan hasta los órganos de la madre y llegan incluso a favorecer la reparación de corazones que han sufrido cardiopatías.
“Se almacenan en nichos, especialmente de la médula ósea, y se dispersan en los órganos de la madre. [...] Hoy existen datos de la participación de esas células, por ejemplo, en la reparación del corazón de madres que padecían cardiopatías”.
Esta afirmación es parte de las conclusiones de un estudio llevado a cabo en la Universidad de Navarra por un equipo de científicos dirigidos por Natalia López Moratalla, catedrática de Bioquímica y Biología Molecular, y Enrique Sueiro Villafranca, doctor en Comunicación Biomédica.
El estudio integra los últimos datos conocidos sobre la comunicación entre el feto y su madre durante el embarazo, que se han obtenido de artículos publicados en prestigiosas revistas científicas como Nature, Science, Cell, PNAS o TRENDS in Neurosciences.
Simbiosis de dos vidas
El informe científico presentado el pasado martes, 3 de junio, en la Asociación de Prensa madrileña, Células madre y vínculo de apego en el cerebro de la mujer, muestra datos sobre lo que denomina “microquimerismo maternal”, o sea, “los órganos de la madre contienen células procedentes del feto que ha gestado”
“Por ser la gestación una simbiosis de dos vidas, algunas células madre de la sangre del feto y su placenta, que son pluripotenciales, pasan a la circulación materna”, dice el informe.
De esta manera, continúa el estudio, “se almacenan en nichos, especialmente en la médula ósea, y se dispersan en los órganos de la madre: piel, tiroides, hígado, riñón, glándula adrenal, pulmón, etc.”.
Estas células procedentes del feto “se denominan progenitores celulares asociados al embarazo(PAPC) y están presentes en la sangre materna en una proporción de 2 a 6 células por mililitro”, añade.
“Función regenerativa”
“Por su origen fetal, las células PAPC tienen una gran capacidad de autorrenovación ycolaboran con las células madre adultas en la función regenerativa del cuerpo de la mujer. Hoy existen datos de la participación de esas células, por ejemplo, en la reparación del corazón de madres que padecían cardiopatías”, concreta el estudio.
Los responsables del informe concluyen esta parte del trabajo afirmando que “hay constancia del microquimerismo fetal al hallar la presencia de células de feto varón convertidas en cardiomiocitos de la madre. Técnicamente, es fácil detectar este fenómeno al identificar el cromosoma Y (exclusivo del varón)”.
Evita rechazo y reduce estrés
De hecho, el almacenamiento en nichos de este tipo de células procedentes del bebé se produce “desde la etapa embrionaria-fetal”. “Desde su primer día el embrión y la madre se envían señales”, dice el informe.
Además, “el diálogo molecular” que establecen madre e hijo “convierte al sistema inmunológico materno en tolerante hacia el embrión”.
“La tolerancia inmonológica se activa a petición del embrión, a través de una red de sustancias que liberan y actúan localmente y silencian todas las células maternas que generarían el natural rechazo hacia lo extraño: las células denominadas ‘asesinas naturales’; los linfocitos T, tóxicos para las células extrañas; y los linfocitos B, que producen los anticuerpos de rechazo”, amplía el estudio.
Por otra parte, el informe detalla que, al mismo tiempo, “las señales que envía el feto estimulan la producción de neurotransmisores en la madre, como oxitocina (hormona de la confianza),prolactina (hormona que induce la producción de leche) y dopamina (reguladora de movimientos y sistemas de premio-recompensa)”.
“La progesterona (hormona sexual femenina) aumenta entre 10 y 100 veces en el cerebro yreduce la respuesta emocional y física al estrés de la mujer. Este menor estrés favorece un mejor desarrollo del feto”, confirma el informe.