Los dientes natales y neonatales han sido observados y registrados desde fuentes muy antiguas. Periódicamente son reportados en la literatura médica y dental. Varios términos son utilizados para designar a los dientes que han erupcionado antes del tiempo normal, tales como congénito, fetal, predeciduo y otros.
También han sido clasificados de acuerdo a su grado de madurez, en diente natal maduro e inmaduro o diente neonatal maduro e inmaduro, y la más utilizada es la descrita por Massler y Savara, 1950 que las clasifica en natales y neonatales.
Los dientes natales y neonatales han sido observados y registrados desde fuentes muy antiguas. Las supersticiones y el folklore concernientes a estos dientes han variado, desde creer que estos niños estaban favorecidos excepcionalmente por Dios a creer que eran unos magos, y en algunos países del este de Europa se tomaban como una premonición diabólica. Se dice que Luis XIV , Ricardo III , Napoleón , el Cardenal Mazarino , Mirabeau , Zoroaster , Haannibal y el Cardenal Richelieu nacieron con estos dientes. En Polonia, Africa, Indonesia y China tales niños han sido considerados como monstruos o signados por el infortunios.
Estos dientes erupcionan sin formación radicular, con la pulpa dental de gran tamaño y muy vascularizada, lo que se considera una de las causas de la erupción prematura.
Las causas más frecuentes que determinan su aparición pueden tener orígen hereditario, hipovitaminosis, posición superficial del gérmen dentario o una asociación con Síndromes como por ejemplo la Displasia Condroectodérmica (Figueiredo, Fuelle, Issao, 1996).
El diagnóstico diferencial más importante se obtiene mediante una radiografía para diferenciar un diente de la serie normal de un supernumerario.
La presencia de dientes natales o neonatales puede determinar lesiones secundarias tanto en el pecho materno durante la lactancia o lesiones en base de lengua conocidas como Ulcera de Riga Fede; cuando la implantación es débil y la movilidad es importante pueden sufrir desplazamientos, soltarse y hasta aspirarse lo que puede presentar complicaciones pulmonares o digestivas.
En cuanto al tratamiento:
Las causas más frecuentes que determinan su aparición pueden tener orígen hereditario, hipovitaminosis, posición superficial del gérmen dentario o una asociación con Síndromes como por ejemplo la Displasia Condroectodérmica (Figueiredo, Fuelle, Issao, 1996).
El diagnóstico diferencial más importante se obtiene mediante una radiografía para diferenciar un diente de la serie normal de un supernumerario.
La presencia de dientes natales o neonatales puede determinar lesiones secundarias tanto en el pecho materno durante la lactancia o lesiones en base de lengua conocidas como Ulcera de Riga Fede; cuando la implantación es débil y la movilidad es importante pueden sufrir desplazamientos, soltarse y hasta aspirarse lo que puede presentar complicaciones pulmonares o digestivas.
En cuanto al tratamiento:
* De estar firme, es decir, sin movilidad, se pule el borde incisal filoso y la lesión en lengua es tratada con soluciones alcalinas;
* Si presenta movilidad con riesgo de desprendimiento, se realiza la exodoncia, en el consultorio, con anestesia local, en brazos del padre o la madre; e inmediatamente después de la exodoncia se coloca al bebé a mamar para disminuir la angustia.
El tiempo recomendado para su remoción fue de 7 a 25 días después de nacido, lo cual se explica porque durante las primeras semanas después del nacimiento existe una hipoprotrombinemia fisiológica que se empieza a eliminar cuando la flora intestinal del niño comienza a producir vitamina K. Hay que tener presente que si se produce un sangramiento excesivo deber ser tratado con vitamina K.