Según un estudio publicado por la revista británica Gut, existen bacterias orales, en su mayoría presentes en las enfermedades periodontales, que están relacionadas con el desarrollo del cáncer de páncreas. El hallazgo podría permitir, a través de la alteración del equilibrio de las bacterias, detener el avance de uno de los cánceres más complejos de tratar. Se propaga muy rápido y tan sólo uno de cada 20 pacientes sobrevive cinco años después de ser diagnosticado. Los científicos sugieren en el estudio que los niveles de ciertas bacterias podrían utilizarse como prueba de cribado no invasivo, para la detección temprana de esta enfermedad, que no muestra síntomas claros en sus primeras etapas.
En el trabajo se realizó una comparación inicial de la bacteria presente en la saliva de diez pacientes con cáncer de páncreas (aún no extendido) y la de diez personas sanas, segmentadas por edad y sexo.
Los artífices del estudio examinaron, por otro lado, muestras de saliva en 28 pacientes con pancreatitis crónica, enfermedad que se relaciona con un riesgo mayor de desarrollar cáncer pancreático.
Entre las seis especies de bacterias consideradas como sospechosas, dos de ellas (Neisseria elongata y Streptococcus mitis) aparecieron significativamente en menor cantidad en las bocas de los pacientes con cáncer que en las de la muestra sana. Por su parte, los niveles de la bacteria Granulicatella adiacens fueron más altos.
Según destacan los autores, aún no está claro si la presencia de determinados tipos de bacterias es una causa o un efecto del cáncer de páncreas. Sin embargo, sus hallazgos confirman investigaciones anteriores que indican que las bacterias orales juegan un papel determinante en el desarrollo de las enfermedades pancreáticas.