sábado, 12 de noviembre de 2011

El piercing oral provoca la caída de los dientes

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Un piercing es una colocación de un pendiente o argolla, en algún saliente de la piel. Se pueden hacer en cualquier parte del cuerpo, pero en algunas zonas es menos aconsejable que en otras por sus consecuencias, como las cicatrices más evidentes o la posibilidad de infecciones.

Dolor e inflamación en las encías, dientes dañados, infecciones, e incluso pérdida de algunas piezas de nuestra dentadura son algunos de los 'efectos secundarios' de una moda que está causando furor además de muchos problemas.  Un estudio publicado por el Journal of the American Dental Asociation (JADA) afirma que las personas que llevan piercing en la boca, estando los más frecuentes en la lengua o en el labio, corren el peligro de sufrir problemas gingivales graves, para los cuales, de momento, ni siquiera la cirugía ofrece solución. 


 Una de las consecuencias más comunes es la contracción de las encías, con lo que el diente queda desprotegido, pudiendo llegar a caer. Una de las participantes de la investigación, de 19 años, había llevado durante un año un pendiente con forma de barra.
En una primera revisión se detectó que sufría una retracción de la encía en uno de sus dientes de 6 milímetros. Cinco meses depués, esta disminución era ya de 8 ml. El doctor John K. Brooks de la universidad de Maryland recomienda que todos aquellos que lleven un piercing en la boca vayan con más regularidad al dentista. 
La mayoría de los piercing son metálicos, generalmente de acero inoxidable, oro, titanio, niobio y aleaciones. El acero inoxidable de alta calidad rara vez causa reacciones alérgicas cutáneas, pero hay aceros inoxidables que contienen níquel y lo mismo sucede con el oro. En cambio el niovio y el titanio rara vez producen reacciones alérgicas. 
Otros aspectos a considerar en el piercing es la facilidad para retirarlos en caso de traumatismos, radiografías o intervenciones quirúrgicas.



Al igual que se realizan campañas antitabaco para proteger la salud dental, los odontólogos deberían fomentar la educación e información sobre las medidas que se han de tomar al hacerse un piercing oral, afirman los investigadores. Tanto si se tiene el pendiente durante un largo periodo de tiempo como se lleva eventualmente, tomar precauciones es fundamental. En concreto el piercing en la lengua, que es el más común (81%), provoca daños principalmente detrás de la encía inferior. El de labio (38%), sin embargo, afecta a la parte frontal de ésta. Otros 'adornos' orales peligrosos son los que se hacen en la mejilla o el freno de la lengua, aunque estos se realizan con menor frecuencia.


Fuente : Periódico El Mundo (España)
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