miércoles, 9 de noviembre de 2011

Conociendo la Halitosis

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Estudios científicos publicados en el año 2009 han demostrado que entre el 25-30% de la población sufre de mal aliento. El mal aliento o halitosis no suele venir del estómago sino que es causado por un grupo de bacterias que viven en la superficie de la lengua y en la parte trasera de la misma.

La halitosis o mal aliento proviene de las bacterias que están depositadas en la lengua y alrededor de las encías; hay millones de bacterias dentro de la boca pero no por ello todas las personas van a tener halitosis. Por la mañana y debido a la disminución de saliva se puede tener halitosis; la saliva tiene efectos antisépticos y ayuda a la eliminación de bacterias.

La halitosis no es una enfermedad sino un síntoma que evidencia una posible patología, que suele ser un problema en las encías. Hay estudios que dicen que entre un 2 y 5% de las halitosis provienen del estómago y el 95 -98 % restante tienen que ver con las bacterias.

Se deben cepillar los dientes, la lengua y las encías. Con estas medidas, habrían menos halitosis siempre que la boca del paciente estuviera sana. Si existe una encía inflamada, aparecen bacterias por debajo de ella; es una zona donde el paciente no se puede limpiar.

Las bacterias producen una sustancia que contiene azufre y eso es lo que provoca el mal aliento.
El tratamiento contra esto requiere una revisión de las encías; normalmente son consecuencia de unas encías inflamadas, sangrantes y que han cambiado de color. Esto puede ser gingivitis o periodontitis.

Un enjuague con cualidades antisépticas puede ayudar a eliminar las bacterias;aunque no es el tratamiento definitivo. El problema de la enfermedad periodontal es que se trata de una enfermedad silenciosa, no duele y no molesta hasta las fases avanzadas; por eso, hay muchas personas que pueden tener una enfermedad avanzada y no saberlo.


Entre las causas no patológicas figuran el mal aliento matutino, causado por la reducción del flujo de saliva durante la noche, que facilita el crecimiento incontrolado de bacterias gram negativas y anaeróbicas y la posterior generación de productos sulfurados malolientes; la edad, que se corresponde con cambios en la saliva y el aliento se vuelve más áspero; las prótesis dentarias, si no se limpian los restos de comida; la propia saliva, ya que el nivel de halitosis es inversamente proporcional al flujo de saliva; y otros factores como el tabaco, el hambre y ciertos alimentos.
Es probable que, ante una boca sana con mal aliento, el origen se encuentre en algún trastorno subyacente. Los más habituales son una infección local en las vías respiratorias (nariz, garganta, tráquea, pulmones), sinusitis crónica, bronquitis crónica, diabetes, trastornos gastrointestinales o enfermedad del hígado o de los riñones, entre otros.

El tratamiento de la halitosis de origen bucal implica la visita al odontólogo para una exploración. En este paso se solucionan los posibles problemas dentales, como caries, sarro o piezas en mal estado. Otras recomendaciones de los expertos abogan por el uso de seda dental para eliminar restos de comida incrustados entre los dientes (después de las comidas y antes del cepillado dental); limpiarse los dientes y el dorso de la lengua un mínimo de tres veces al día, o después de cada comida principal, con un cepillo suave y pasta con alto contenido en flúor; complementar el cepillado con colutorios bucales
Un estudio realizado en la Escuela de Odontología de la State University of New York (EE.UU.) determinó que cepillarse dos veces por día con una pasta con triclosán y limpiar la superficie de la lengua solucionaba en un alto porcentaje el problema del mal aliento. También mascar chicle entre comidas y beber mucha agua para favorecer la producción de saliva, cuando el problema está en su deficiencia. Sin embargo, los especialistas advierten de que, en ningún caso, ni el chicle ni los colutorios deben sustituir al cepillado de los dientes.
Fuente : familydoctor.org



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